sábado, 6 de octubre de 2012

What if you

Primer día lluvioso de Octubre, y admito que lo necesitaba considerablemente. Camuflarme en la sudadera mas gruesa que encontrara en el fondo del armario y perderme por cualquier calle. Quedarme eternamente debajo del chorro caliente de la ducha y leerme cien páginas de un libro inmersa en las profundidades del nórdico.
Los días de lluvia me sacan las lágrimas, me retan, me ahogan tan dulcemente que sonrío mientras lloro, me obligan a recordar, a recordar momentos que una vez fueron felices, pero que ahora que los pienso ya no lo son tanto. Y me pregunto que es lo que estamos haciendo, pero desvío mi pensamiento en cualquier otra dirección, no se lo merece, ni siquiera esto.
Miro por la ventana, aún llueve, y ahora con mucha más fuerza. No me vendría mal un abrazo, uno de esos en los que te quedas. O dos. La lluvia trae con ella inmensas ganas de afecto, de mimos, me deja desnuda e indefensa.
Pero esta noche está el aquí, para hacerme la cena y acurrucarse conmigo en la esquina del sofá, para ver una de esas pelis que aburren, pero me abraza y yo solo sonrío.

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