Me cansé de reír, de llorar, de fingir que estoy bien. Me cansé de esta ciudad.
Me cansé de sus calles, llenas de gente y sin embargo, solitarias.
Me cansé de la gente que me rodea.
Me cansé de responder, sabiendo que luego vendrían más preguntas.
Me cansé de aparentar.
Me cansé de sentir.
Me cansé de luchar.
Me cansé de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mis aspiraciones.
Me cansé de confiar en las personas, y también en mí.
Me cansé de sacar fuerzas, pues dejé de tener razones que me impulsaran a ello.
Me cansé de mirar al futuro y pensar que vendrán tiempos mejores.
Me cansé de buscar soluciones, pues ni si quiera se cuál es el problema.
Me cansé de ser yo la que lleve la iniciativa.
Me cansé de ser la conexión.
Me cansé de la rutina.
Me cansé de mis complejos.
Me cansé de analizarme.
Me cansé de recordar el pasado.
Me cansé de echar de menos.
Me cansé de soñar. …pero lo peor de todo es que me cansé hasta de mí.
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